
Hace un mes que comenzó la sexta y última temporada de Perdidos, una serie de culto para millones de personas en todo el mundo. Sus creadores decidieron que sería mejor acabar en la cúspide antes de quemar el producto, pero, ¿lo están consiguiendo?
Después de haber utilizado los flash-back y los flash-forward como recursos adicionales a la linea argumentativa, esta temporada les ha tocado utilizar lo que llaman flash-sideways. Esto consiste en crear una realidad alternativa a la misma vez que se sigue con la historia original. En este caso lo que hacen es mostrarnos como sería la vida de cada uno si el vuelo 815 de Oceanic Airlines no se hubiese estrellado en la isla. En principio esto es una buena idea, la serie lo que trata es de renovarse continuamente para no caer en la rutina, y también es una forma de ver otra vez a todos los personajes que por azar, coincidencia, casualidad o destino se vuelven a cruzar unos con otros.
Dejando a parte los flash-sideways, en la historia original todo esta patas arriba. Cada capítulo que pasa es un enredo más, ya no es como antes que cada vez teníamos más y más preguntas y no nos importaba, porque sabíamos que tarde o temprano nos lo iban a resolver, ahora es diferente, la serie se va a acabar y hay miedo a que deje un mal sabor de boca. Damon Lindelof, creador de la serie junto con J. J. Abrams, dijo que la serie se acabaría cuando sus personajes dejen de estar perdidos, pero no solo literalmente sino también en sentido figurado, pues yo no se a que esperan para encontrarlos.
Perdidos se emite actualmente en Fox y en Cuatro. Para los que prefieran verlo por Internet pueden hacerlo en playcuatro.com y en seriesyonkis.com

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